Garcibolallas
Catalina Martínez Estévez
Vistas a la página totales
martes, 3 de diciembre de 2013
lunes, 18 de noviembre de 2013
Gabo, el astronauta.
GABO, EL
ASTRONAUTA: Energy Drink
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Gabo, El Astronauta: Querido Niño Jesús: Las oficinas
postales están repletas de cartas solicitando esto o aquello. Menos mal que se
inventaron a Santa, su equipo de duendes y a los Reyes Magos, porque la
sobrepoblación y ese espejismo del materialismo te habrían cuadruplicado el
trabajo….y está muy mal visto eso de la
explotación del menor, a la que desde la antigüedad le dimos un carácter Divino. Menos mal que todavía existen
aquellas tarjetas, pasadas de moda, con mensajes de Amor y Prosperidad, aunque
eso de la Prosperidad venga acompañado de un billete de lotería. Querido Niño,
Gabo te desea que sigas siendo niño para que no puedas entender lo que allá
abajo está pasando, y con ello puedas seguir siendo el modelo de aquellos que
no recibirán ningún juguete, pero en quienes su corazón infantil podremos
depositar nuestra ilusa esperanza de un mundo mejor.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Gabo, el astronauta:
No se detienen: caminan, manejan sus carros, se divierten o trabajan iluminándose con sus propias pantallas…Todos artista, con sus egos aparentemente blindados ….todos seres, SERES HUMANOS: olvidadizos, distraídos y torpes, pero inteligentes; soberbios, bestias y egoístas, pero sensibles; miopes, sordos y mudos, pero iHumanos.
No se detienen: caminan, manejan sus carros, se divierten o trabajan iluminándose con sus propias pantallas…Todos artista, con sus egos aparentemente blindados ….todos seres, SERES HUMANOS: olvidadizos, distraídos y torpes, pero inteligentes; soberbios, bestias y egoístas, pero sensibles; miopes, sordos y mudos, pero iHumanos.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Gabo,
El Astronauta: ¨Hoy, jueves de Acción de
Gracias, La Máquina está haciendo respaldo. Mañana mostrará todo su canibalismo
en las calles. De lo aparentemente espiritual, al materialismo hiperbólico del
animal económico que lucha por sobrevivir en una carrera donde la meta es el individuo, nunca
la sociedad. Un día de aparente calma en todo un año de grotescas injusticias.
Gracias. Gracias por este único y maravilloso día, que a muchos les recuerda su
humana condición, y a pocos las nostalgia del idealismo romántico.¨.
lunes, 7 de mayo de 2012
Capítulo 9
Hoy tiembla la tierra. Una pala gigante me levanta en el aire y me lanza en un contenedor. He
perdido de vista lo poco que quedaba de mí. Al cíclope tampoco lo he vuelto a
ver. Una vibración constante me enloquece hasta que comenzamos a ponernos en
movimiento….yo, y parte de la playa en la que apenas había logrado cierta
estabilidad. Un moreno fuerte de olor
peculiar maneja el vehículo en el que
estoy, mientras canta canciones
populacheras de las emisoras a.m. con las que me solía levantar. Me busco en mi
proyección y no me encuentro. Es como si replegaran la pantalla y ya no hubiese
superficie en la que plasmarme. Rodamos kilómetros de canciones de abandono,
tortura y amor, entre constantes saltos, acelerones y paradas. El conductor se
detuvo por unas cervezas, dejándome bajo el implacable sol, con la
desesperación de que pronto iniciase nuevamente su camino y algo de aire
refrescara mi conciencia. Se detuvo unas dos veces más antes de finalmente presionar
un botón que me expondría a uno de mis mayores temores: hallarme bajo tierra.
Preso de locura y ansiedad, logré distinguir dónde me encontraba: una explanada inmensa,
llena de arena y camiones completaba mi nuevo paisaje. Nunca me habían gustado
los cambios, y este me aterrorizaba. La duda y la incertidumbre me acechaban
nuevamente, pero esta vez mi destino no
estaría en mis manos.
martes, 1 de mayo de 2012
Capítulo 8
Veo pasar los barcos de los pescadores antes del amanecer. Extraño el
placer que me daba la brisa; ahora sólo me da estrés y preocupaciones. Cuando
sopla fuerte me parece que me despelleja; sólo pensar en ello me aterroriza. La
imaginación, que ahora no es más que producto de mis recuerdos, me traiciona y
me confunde. Quisiera desecharla, pero parece imposible. Sin ella perdería mi
conciencia, y gracias a ella aún existo.
Es irónico, pues me parece recordar que
antes la imaginación era un escape para
fingir que desconocíamos nuestro destino, y ahora que lo conozco, la necesito para mantenerme atado a lo que
creía mi esencia, y me niego a dejar.
Los cochinos bañistas han dejado restos de sus chucherías por todas partes,
y han llegado las siempre hambrientas gaviotas a picotear aquí y allá dejando
imperceptibles huequillos en la arena.
Con el ir y venir del mar, me siento como colador, o peor aún como red
de tuberías por las que el agua
mágicamente desaparece para iniciar un nuevo ciclo, un recorrido repetitivo
y sin sentido.
Al fin se van nuevamente y me quedo solo con el cíclope sin boca que
interfiere en mis pensamientos y la
sombrilla inservible que sube y baja arrastrada por las olas. Veo al frente. El
proyector muestra una imagen de mí que apenas reconozco o me he esforzado en
olvidar: un rostro triste, quejumbroso, mira perdido el horizonte; su mano
derecha recoge arena que cierra en un puño para observarla caer lentamente
entre las comisuras de sus dedos; esta acción se repite una y otra vez, hasta
que una lágrima se le escapa. Me detengo y
me esfumo. Y es el cíclope quien se apodera de mi imaginación para
sacarse los zapatos y dar un paseo por la orilla. La imagen se torna borrosa, y
la noche termina por empañarlo todo, mientras unos cuantos cangrejos salen de sus agujeros para disfrutar de las
estrellas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)